Por: Nazareth Castro
No es el más largo ni el más caudaloso, pero el Magdalena es, con sus más de 1.500 kilómetros, la principal arteria fluvial de Colombia. El río que inspiró a Gabriel García Márquez para escribir novelas como El amor en los tiempos del cólera recorre el país de sur a norte, desde el Macizo Colombiano hasta el mar Caribe. El Gran Río de la Magdalena acoge a sus orillas multitud de poblaciones que recuerdan los tiempos en que el río, navegable, era un medio fundamental de comunicación y un elemento central para el desarrollo del país. Es más que un río: es un símbolo nacional. El “Río de la Patria”.
Cerca todavía del nacimiento del Magdalena, en el departamento (provincia) del Huila, se encuentra La Jagua, un pueblo de calles empedradas y solitarias, de esos en que el tiempo parece detenerse. Es un pueblo tranquilo, de poco más de mil habitantes, al que acuden visitantes atraídos por la antigüedad de sus casas coloniales y por su riqueza cultural de raíces indígenas. Es también, dicen, un pueblo de brujas. Cuenta la leyenda que son de dos tipos: hechiceras o voladoras. Uno puede o no creer, pero, como dicen por aquí, “pues que las hay, las hay”.