Author: Ochun

Villavicencio: Mandato por el territorio y el derecho a la ciudad.

Hay un resurgir de los procesos urbanos los cuales buscan rutas de reconstrucción de un movimiento urbano popular que logre conquistar el derecho a la ciudad. organizaciones de la ciudad de Villavicencio han emprendido ese camino. Este mandato da cuenta de ese esfuerzo de todo el año 2013.

Salario ínfimo y precarización

Por: Alfredo Burbano – Alejandra Porras

El 24 de diciembre de 2013, con la llegada del niño Dios, vino también un nuevo regalo de las clases empresariales y el gobierno a los trabajadores colombianos: la fijación del salario mínimo. Solo que este regalo parece resultado de una confabulación entre Heródes y Poncio Pilatos para amargar el año nuevo no solo de la clase laboriosa sino de toda la sociedad colombiana.

Grandeza y miserias del río Magdalena. El desembarco de las multinacionales españolas en Colombia

Por: Nazareth Castro

No es el más largo ni el más caudaloso, pero el Magdalena es, con sus más de 1.500 kilómetros, la principal arteria fluvial de Colombia. El río que inspiró a Gabriel García Márquez para escribir novelas como El amor en los tiempos del cólera recorre el país de sur a norte, desde el Macizo Colombiano hasta el mar Caribe. El Gran Río de la Magdalena acoge a sus orillas multitud de poblaciones que recuerdan los tiempos en que el río, navegable, era un medio fundamental de comunicación y un elemento central para el desarrollo del país. Es más que un río: es un símbolo nacional. El “Río de la Patria”.

Cerca todavía del nacimiento del Magdalena, en el departamento (provincia) del Huila, se encuentra La Jagua, un pueblo de calles empedradas y solitarias, de esos en que el tiempo parece detenerse. Es un pueblo tranquilo, de poco más de mil habitantes, al que acuden visitantes atraídos por la antigüedad de sus casas coloniales y por su riqueza cultural de raíces indígenas. Es también, dicen, un pueblo de brujas. Cuenta la leyenda que son de dos tipos: hechiceras o voladoras. Uno puede o no creer, pero, como dicen por aquí, “pues que las hay, las hay”.

El grafitti como manifestación política

Por Lisbeth Montaña Erazo – CEDINS

Las imágenes del pasado que no son reconocidas por el presente como una de sus propias preocupaciones amenazan con desaparecer de una manera irrecuperable”. Walter Benjamin

El graffiti ha sido considerado desde sus inicios, por ciertos organismos de control, como un acto vandálico que irrumpe en el orden social, amenazando con destruir la normalidad de la vida urbana, manchando con su indescifrable simbología el traje con el que se encuentra engalanada nuestra ciudad.

La bofetada indígena

Por: Alejandro Mantilla Q. – CEDINS

Corría Octubre de 2005. Un octubre no tan lejano, aunque algunos asuntos eran diferentes. Álvaro Uribe estaba en el gobierno y era aliado incondicional de Juan Manuel Santos, por ejemplo. Pero había otras diferencias más importantes. En aquellos tiempos no tan lejanos el movimiento campesino no lograba movilizaciones importantes, la mayoría de sindicatos estaban en letargo y el movimiento estudiantil no pasaba de ser un recuerdo evocado en la bohemia de algunos encanecidos. Corrió ese octubre y caminó la Minga. Primero fue la liberación de la madre tierra en el Cauca, luego vino la Minga Embera, y luego caminaron decenas de pueblos, caminaron los Nasa, los Kokonuko, los Misak, los Pijao, los Wounaan, caminaron miles de hombres y mujeres indígenas. Caminó la Minga y la “indiada” sacó al movimiento social y a la izquierda de su adormecimiento.