La geopolítica tras la transición energética
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Freddy Díaz – Equipo CEDINS
Enero 2024.
La convulsión social, política, económica y cultural y los reacomodamientos geopolíticos por los que atraviesa el planeta hacen de Gramsci un pensador cada vez más vigente por su análisis de la sociedad, de las relaciones de poder que se entretejen en ella, pero especialmente por las salidas y urgencias que dejó planteadas en su obra.
En ese sentido, acuñó una de sus más célebres frases: “el viejo mundo muere, el nuevo mundo tarda en aparecer y en este claroscuro surgen los monstruos” (Gramsci, 1984); sin lugar a duda, esta podría aplicarse a cualquier ámbito, especialmente bajo las actuales realidades, pero en particular es interesante aprovecharla como marco de análisis para la comprensión de la denominada transición energética.
Lo anterior debe verse a través de los límites planetarios, pues, aunque se haya querido simplificar, la transición es profundamente compleja.
La evidencia reciente ha mostrado como las crisis climáticas y ecológicas se han convertido en limitaciones infranqueables para la reproducción del capitalismo en la misma forma pero a escalas mayores en la que lo hacía unos años atrás, porque como acertadamente Marx (1975) señaló: el capitalismo destruye la Naturaleza, y con ello afecta su reproducción y su ritmo de recuperación.
Esas nuevas realidades han provocado una ruptura de consensos, al menos tres fundamentales para este tema en particular:
-Los bienes naturales son infinitos e inagotables.
-La economía fósil como dadora de respuestas y soluciones a las necesidades socioeconómicas y fuente de bienestar.
-La “energía barata”.
Estos en suma se convierten en un cambio de paradigma.
Aquello es fundamental comprenderlo a través del prisma de darle a la energía la dimensión de un medio de producción, en tal sentido, quien controla la energía y los materiales da un paso al frente en el control de las relaciones de poder y la política internacional.
Esto permite traer a colación dos puntos fundamentales a considerar:
-El primero de ellos es el acercamiento teórico que Olivia Lazard ha logrado en relación al papel determinante que significan los denominados minerales estratégicos y su extracción intensiva para el aprovechamiento de energías renovables (2022), lo cual no sólo implica la ampliación de la frontera extractiva sino además la militarización de la cadena de extracción y transformación de aquellos.
-El punto anterior se convierte en un determinante. Citando nuevamente a Lazard, la geopolítica no responde al cambio climático, sino que se utiliza el cambio climático en favor de la geopolítica (2020). Eso se expresa en lo que la autora categoriza como guerra de transición (2023), lo que podría definirse como todas aquellas intervenciones, militares o no, de un país sobre otro u otros con el fin de controlar los bienes naturales asociados a la transición energética.
Estos puntos se materializan en una idea fuerza que amplía algo expresado líneas atrás: si cambia la forma de transformar y aprovechar la energía y con ello el control energético, cambia el liderazgo global. Esos cambios han estado signados en buena medida por la multipolaridad global impulsada por el agotamiento de las fuentes fósiles, la intensa búsqueda de nuevos energéticos que ello conlleva y el aseguramiento de suministros de minerales críticos.
Guerra de movimientos y guerra de posiciones
Desde el marco de comprensión que permite la escasez de bienes naturales, especialmente de los minero-energéticos, occidente en general, y Estados Unidos en particular, ha diseñado su política de seguridad y defensa nacional.
Al ser estas unas economías dependientes de los hidrocarburos, desde el siglo XX el país norteamericano ubicó al petróleo y a los minerales dentro de sus proyectos estratégicos y de defensa y con ello configuró su política militar ya que aspectos esenciales del Estado dependen de ellos (Vargas, 2019).
El párrafo inmediatamente anterior explica de manera clarividente tres elementos que están profundamente interrelacionados:
1. Aunque no es un elemento novedoso, es preciso recordar las políticas intervencionistas que Estados Unidos ha encabezado, y a las que Europa se ha sumado.
Con el único objetivo de ejemplificarlo se mencionarán las más recientes:
– Afganistán en el 2001.
– Irak en el 2003.
– Libia en el 2011.
– Siria en el 2011 en adelante
Ellas tuvieron como punto en común el control de grandes yacimientos de fuentes energéticas; misma razón que explica el interés por aumentar su influencia en América Latina a través de golpes militares, blandos o por medio de gobiernos interpuestos o influenciables.
2. Mientras Europa definía la descarbonización de su economía, el gobierno de Donald Trump se decantaba por extraer los hidrocarburos no convencionales con los que contaba el país, con ello Estados Unidos se convirtió en un exportador neto de petróleo (World Energy Trade, 2020).
Con ese movimiento el expresidente buscaba independencia energética, pero además de ello lograr dominio energético (Blas & Carroll, 2018) al desestabilizar el control de Rusia sobre el abastecimiento energético y limitar su influencia política sobre los países de Europa occidental.
Ello fue acompañado de sanciones, tanto estadounidenses como europeas a Rusia, que fueron legitimadas a través del rechazo de la invasión a Ucrania.
Como resultado de todo lo anterior, la cantidad del gas ruso que alimenta a Europa disminuyó, lo cual fue aprovechado por Estados Unidos para transportar y vender allí el suyo, con lo cual quedó en una posición ventajosa.
3. Muy relacionado con el punto anterior, figuras como Donald Trump, Boris Jhonson, Jair Bolsonaro y Marine LePen, por supuesto estos últimos alineados con la política estadounidense, han expresado su posición negacionista acerca del cambio climático y con ella su desacuerdo a políticas de adaptación como la transición energética.
Esta posición puede estar determinada al menos por dos elementos:
-El primero de ellos es garantizar la continuidad del status quo político, económico, cultural y energético que otorga la producción fundamentada en hidrocarburos.
-Dar el paso hacia la transición energética ayudaría a que China aumente su ventaja posicional en el tablero geopolítico pues este país posee grandes cantidades de minerales críticos para la transición, pero además cuenta con la tecnología para su procesamiento y producción de infraestructura energética, por ejemplo, el país asiático es el principal lugar para el procesamiento de cobalto y litio (Olivera, et. al, 2022).
Aquellos tres elementos permiten vislumbrar los reacomodamientos globales, a partir de ello, en la tabla 1 se muestran los minerales críticos y los países en los cuales se depositan.
Como se verá, China y sus socios más cercanos ejercen control sobre cada uno de esos minerales.
Tabla 1. Países depositarios de minerales críticos para la transición
Mineral | Países |
Aluminio | Australia, China y Brasil |
Bauxita | Guinea, India, Malasia, China, Australia, Brasil e Indonesia |
Cadmio | China, Corea y Japón |
Cobalto | República Democrática del Congo, Australia, China, Canadá, Cuba, Zambia, Filipinas, Rusia, Nueva Caledonia, Papúa Nueva Guinea, Madagascar y Australia. |
Cobre | Chile, Australia, Perú, México, Rusia, Estados Unidos, República Democrática del Congo, China y Zambia |
Cromo | Kazajistán, Sudáfrica e India |
Disprosio | Myanmar, China, Australia, Groenlandia y Rusia |
Estaño | Australia, China, Rusia, Perú, México y Estados Unidos |
Galio | China, Alemania y Kazajistán |
Indio | China, Corea, Estados Unidos, Japón, Canadá, Francia, Bélgica y Groenlandia |
Litio | Australia, Chile, Argentina, Portugal, Zimbabwe, Brasil, Bolivia y Canadá |
Manganeso | Sudáfrica, Ucrania, Australia, Ghana, India, Brasil y China |
Molibdeno | China, Estados Unidos, Chile, Perú, México y Canadá |
Neodimio | China, Estados Unidos, Rusia, Australia, India y Groenlandia |
Níquel | Australia, Nueva Caledonia, Cuba, Indonesia, Sudáfrica, China, Filipinas, Canadá, Guatemala, Madagascar, Colombia y Estados Unidos |
Selenio | China, Japón y Estados Unidos |
Tierras raras | China, Brasil, Estados Unidos y Myanmar |
Telurio | Japón, Suecia, Canadá, Rusia y Estados Unidos |
Titanio | China, Australia, India, Sudáfrica, Kenia, Brasil, Madagascar y Noruega |
Vanadio | China, Sudáfrica y Rusia |
Zinc | Australia, China, Perú, México e India |
Para complementar la información presentada en la anterior tabla, se mostrará a continuación el mapa 1, en él se expondrán las ubicaciones de los países y los minerales que se encuentran en ellos.
Por otro lado, es relevante señalar que buena parte de los minerales se ubican en el sur global, lo cual es fundamental para comprender las desigualdades económicas y ecológicas que se desarrollan y desarrollarán en esa zona del planeta.
Mapa 1. Ubicación de los minerales críticos
Fuente: Panorama Minero (2020)
A la luz de lo anterior, es preciso traer a colación la Iniciativa de la Franja y la Ruta -BRI por sus siglas en inglés- impulsada por el gobierno chino, a través de aquella se busca conectar al país asiático con el resto del planeta por medio de mar y tierra.
Cada uno de esos ejes están compuestos de la siguiente manera:
El terrestre “que uniría a China con Pakistán, Afganistán, Turquía, Moscú, Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Europa, atravesando los países de los Balcanes, hasta llegar a París” (Báez, 2019), por su parte la vía marítima uniría a “América Latina, África y Oriente Medio” (Ibidem). En el mapa 2 se muestran ambos ejes.
Mapa 2. Ejes de la iniciativa BRI
Fuente: Martín, (2021)
El mapa 3 expone el total de los 148 países que se han sumado a la iniciativa: 37 asiáticos, 30 europeos, 54 africanos y 13 latinoamericanos (Telam, 2022).
Mapa 3. Países pertenecientes a la iniciativa BRI
Fuente: Council on Foreign Relations, (2021).
Si bien esta iniciativa se ha fundado en el discurso del comercio y la cooperación, la realidad es que se ha convertido en la punta de lanza para ampliar y consolidar el control chino en el planeta. Los medios para hacerlo han sido a través de la construcción de “aeropuertos, ferrocarriles, carreteras y oleoductos, entre otros tipos de infraestructura comercial y energética” (Feingold, 2023).
Como se vio en párrafos anteriores, todo este panorama sobrepasa por mucho el ámbito económico, en tal sentido no sólo para la protección de su inversión en el proyecto, que ya ha alcanzado los 43300 millones de dólares (Lewkowicz, 2023), sino además para el control espacial y de bienes naturales para asegurar el flujo de materias primas para el alimento de su economía, China ha avanzado en el denominado Collar de Perlas Chino, que no es otra cosa que una estrategia para el uso de puertos comerciales como bases navales, con ello se quiere asegurar el control marítimo sobre el Asía – Pacífico (Gil, 2020).
En el mapa 4 se puede observar su dimensión y su ubicación que pasa por Asia, África y Europa.
Mapa 4. Collar de Perlas Chino
Fuente: Gil, (2020).
Así mismo, la Fundación para la Defensa de las Democracias estableció cuatro categorías construidas a partir de los avances que se han construido para la instalación de las bases, son las siguientes:
● Instalaciones establecidas: China, Mar del Sur de China, Pakistán, Kenya, Namibia, Djibouti, Argentina y Cuba.
● Construcciones en progreso: Camboya.
● Alto riesgo de instalación: Guinea Ecuatorial, Gabón, Islas Salomón y Vanuatu.
● Localizaciones exploradas: Angola, Tanzania, Seychelles, Sri Lanka, Myanmar, Tailandia, Singapur, Indonesia (Singleton, 2023).
A lo presentado anteriormente hay que sumarle el papel de Rusia, en este punto no asociado a su riqueza de bienes naturales, sino a su importancia bélica y sus movimientos comerciales, lo cual debe hacerse a partir de dos puntos:
● En África, Rusia ha firmado 14 convenios nucleares, gracias a ello, con inversión rusa se construirán plantas nucleares en Egipto, Sudáfrica, Nigeria, Sudán y el Congo. De igual forma, el país ha invertido en la explotación minera para la extracción de cobre, níquel, platino y Uranio en países como Zimbabue y Namibia.
Frente a acuerdos militares, Rusia ha firmado 19 en los que se compromete a vender armas, pero además a entrenar a ejércitos nacionales, entre ellos destacan Sudán, la República Centroafricana, Congo, Mozambique y Nigeria. En este tipo de acuerdos, Rusia aceptaría bienes naturales como pago (Rodríguez – Marín, 2019).
● Por otro lado, se encuentran las actividades adelantadas por el Grupo Wagner, grupo de enorme cercanía a Putín y al gobierno ruso. Su accionar, además de en Ucrania, ha estado en Siria, Venezuela, Libia, Sudán, Mali, Burkina Faso, Chad, República Centroafricana, Eritrea y Zimbabue (Rosas, P, 2023).
Finalmente, habrá que preguntarse por el papel de Rusia y el Grupo Wagner en la rebelión en Niger, pues vale recordar que este país era el mayor proveedor de uranio hacia Francia, además de ello, que Rusia tiene un programa nuclear y además acuerdos de cooperación energéticos en el continente como se describió anteriormente.
Lo expresado hasta este punto permite entender no sólo el peso político, económico y militar que tiene los BRICS, sino además la influencia que ello le ha otorgado en el mundo influencia que aumentará gracias a la incorporación de Argentina, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía (Radio Nacional de Colombia, 2023).
América Latina en disputa
Si bien tras la declaratoria de la Doctrina Monroe en 1823, Estados Unidos ha ejercido poder, control e influencia casi total y sin mayor obstáculo sobre la región, el cambio de mando global no ha sido ajeno para los países que la conforman.
La incidencia del bloque de los BRICS, acompañada de la elección de gobiernos progresistas en algunos países de la región, que, si bien no rompen con las políticas estadounidenses, si abren la puerta a nuevas relaciones, ha provocado que especialmente por medio de préstamos e inversiones China haya pasado a ser un actor determinante en Latinoamérica (ver imagen 1).
Imagen 1. Inversiones chinas en América Latina.
Fuente: Killeen, (2023).
Esas inversiones se han centrado en los sectores mineroenergético, la infraestructura y el agro, de tal forma que se compraron y expandieron redes eléctricas y redes viales y de transporte, se construyeron represas, financiamientos para la explotación de minerales, petróleo y gas.
Para el caso venezolano y ecuatoriano, se acordó pagar su deuda a través del envío de petróleo a China (Ibidem).
Eso último podría explicar la maniobra de querer anexar el Esequibo a Venezuela, teniendo en cuenta no sólo el petróleo que hay en la zona, sino además su riqueza hídrica, las minas de oro, bauxita, aluminio, uranio y coltán algunas de las cuales tiene inversiones chinas (Escobedo, 2023), así como su gran diversidad forestal. Así pues, esta maniobra podría ser un medio para cubrir la deuda venezolana a través del canje de Naturaleza.
Por otro lado, China podría tener intereses en el Esequibo más allá de los bienes naturales, una base naval que permita ampliar el ya mencionado Collar de Perlas Chino y además le permita el ingreso hacia el Amazonas podría ser mucho más estratégico, especialmente al tener en cuenta los enormes intereses que Estados Unidos tiene sobre este ecosistema.
De tal forma, China ampliará sus redes de control sobre el sur global de manera directa o por medio de los BRICS para garantizar el flujo de las materias primas para mantener a flote su economía, pero especialmente para ganar la carrera por dominar la transición energética, en esa medida garantizaría control militar, económico, y posicional, no sólo en el espacio, sino en el control de energéticos.
Adenda 1: Los países del sur global serán doblemente víctimas por la crisis ecológica y climática, no sólo porque son los menos preparados para afrontarla a pesar de que son los del norte los que la han provocado por su nivel de consumo, sino además porque a ellos llegarán las ya mencionadas Guerras de Transición (Ibidem, 2023) en las que los territorios ricos en minerales estratégicos sufrirán por el aumento en la contaminación y destrucción de la Naturaleza y por la eliminación de derechos sociales que caracteriza a los enclaves extractivos.
Adenda 2: Habrá que estar muy al tanto del papel y los movimientos que ejecute la India pues su crecimiento poblacional, económico y tecnológico lo convertirá en uno de los competidores directos de China.
Referencias
Gaez, J. (2019). La nueva ruta de la seda, la manera en la que China quiere dominar el comercio mundial. Andalou Ajansi.
Blas, J & Carroll, J. (2018). EU va a ser una superpotencia petrolera y eso es malo para todos los demás. Bloomberg.
Escobedo, I. (2023). El Esequibo: una joya geoestratégica más allá del petróleo.
Feingold, S. (2023). La iniciativa de La Franja y La Ruta de China cumple 10 años. Esto es lo que debe saber.
Gil, A. (2020). La geopolítica de China y su collar de perlas. El Orden Mundial.
Gramsci, A. (1984). Los cuadernos de la cárcel. Tomo III. Instituto Gramsci.
Lazard, O. (2022). Los puntos ciegos de la transición hacia la energía verde. [Vídeo]. Conferencias TED https://www.ted.com/talks/olivia_lazard_the_blind_spots_of_the_green_energy_transition/transcript?language=es
Killeen, T. (2023). Como opera la inversión proveniente de China I Libro. Mogabay.
Lewkowicz, J. (2023). Radiografía de la iniciativa de La Franja y La Ruta. Página 12.
Martin, X. (2021). New map of the belt and road initiative. Clingendeal.
Marx, K. (1975). El Capital. Siglo Veintiuno Editores S.A.
Olivera, B., Tornel, C., Azamar, A. (2022). Minerales Críticos para la Transición Energética. Conflictos y Alternativas hacia una Transformación Socioecológica. Fundación Heinrich Böll. Ciudad de México.
Panorama Minero (2020). Metales críticos, actores críticos para la generación de energías renovables.
Radio Nacional de Colombia. (2023). Argentina, Arabia Saudita y otros países que serán parte de los Brics.
Robinson, E. (2023). GSI Engagement and Policy Network: In Coversation with Olivia Lazard: Ecological Security and Power Transition in the Mineral Age. University of Exeter.
Rodríguez – Marín, A. (2019). Rusia en la carrera comercial por África. El Orden Mundial.
Rosas, P. (2023). Grupo Wagner: en que países opera y que puede ocurrir con sus actividades fuera de Rusia tras la rebelión.
Sacks, D. (2021). Countries in China’s Belt and Road Initiative: who’s in and who’s out. Council on Foreign Relations.
Singleton, C. (2023). Mapping the Expansion of China’s Global Military Footprint. FDD Visual.
Telam. (2022). Qué es la “La Franja y La Ruta”: las claves del megaproyecto chino.
Vargas, R. (2019). Revolución energética de los Estados Unidos de América: dominio energético en la región de América del Norte. Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM.
Vélez – Plickert, M (2020). Olivia Lazard: “Lo que estamos viviendo es la geopolítica usando el cambio climático”. Diario Financiero.
World Energy Trade. (2020). Políticas energéticas de Obama, y Trump, ¿cómo sería con Biden?