Coyuntura (Enero – Marzo de 2023) Las derechas en los 6 meses de gobierno: tendencias, dinámicas y perspectivas.
Es un hecho que no se puede hablar de una sola derecha sino de derechas. El establecimiento a lo largo de su historia se ha manifestado a través de diferentes tendencias, dinámicas y perspectivas, unas más extremas y otras más “conciliadoras”. Una muestra de ello es la ruptura discursiva de un sector de la burguesía —que en su momento encarnó Álvaro Uribe y que hoy se expresa en figuras como María Fernanda Cabal o Enrique Gómez— con la oligarquía que actualmente tiene su representación en el santismo y sectores liberales cercanos al gobierno; ruptura que tuvo lugar desde 2010.
Esta división se profundiza en el gobierno del Pacto Histórico y, a la vez, se hizo más difusa y puede ser cambiante de acuerdo a las formas en que cada sector juega sus intereses. La derecha uribista —terrateniente y retardataria— se mantiene en una clara oposición al Gobierno, excepción claro está de José Félix Lafaurie quien se mueve más por intereses económicos, mientras que los sectores más cercanos al liberalismo-santismo y a la socialdemocracia, hicieron parte de la amplia coalición, hasta que sus intereses políticos fueron amenazados con algunas de las reformas que propone el gobierno Petro. Dicha amplia coalición, permitía un nivel de gobernabilidad importante junto a un sector que siempre estuvo alineado con la derecha más extrema del país: el Partido Conservador y sus bases que acompaña las propuestas y reformas (Hernández, 2022). Por su parte Cambio Radical, que en las últimas décadas trabajó de la mano del liberalismo y el santismo, encabeza, a través de Vargas Lleras y el Clan Char, la oposición al Gobierno, pero conserva su cercanía con antiguos aliados políticos al declararse en independencia (Correa, 2022).
En la actual coyuntura se hace necesario evidenciar las diferentes tendencias en ese amplio espectro de las derechas como un insumo para comprender la táctica que debe adoptar el movimiento popular de cara al futuro incierto configurado por una crisis económica, ambiental y social. Las siguientes afirmaciones buscan caracterizar las tendencias, dinámicas y perspectivas de esas derechas en los primeros meses del Gobierno de Gustavo Petro para tener una noción de su estrategia con miras a una posible retoma del poder político en el año 2026.
Los dilemas de la gobernabilidad
El Gobierno del Pacto Histórico, bajo la idea perentoria de la gobernabilidad, no se había apartado de la derecha, hasta hace pocas semanas, ni había excluido sus intereses de las decisiones de su administración. No es un hecho, tal como se quiere reproducir desde el relato construido por el sector que hoy ocupa el poder ejecutivo, que este es un gobierno real y estructuralmente popular, ni siquiera ahora que esa derecha “negociadora” se declaró en oposición directa a las reformas. Indudablemente el triunfo electoral del Pacto Histórico constituyó una victoria popular, sin embargo, la participación del pueblo en la toma de decisiones no es mayoritaria ni mucho menos decisiva, lo que No niega que la victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez haya representado una victoria de las clases populares.
La participación de los sectores del poder tradicional y oligárquico del establecimiento en Ministerios, Altas Consejerías e importantes cargos de decisión del Gobierno impidieron la consolidación de una avanzada popular en las decisiones del ejecutivo, y ahora, la falta de gobernabilidad, impide que las nuevas personas ocupantes de dichos cargos tengan maniobrabilidad para implementar los cambios que se exigen desde lo popular. En la cada vez más profunda la división de las fuerzas al interior de la coalición de Gobierno, la falta de vocación de poder de las clases y sectores populares —apenas lógica por su devenir político— llevó a la subestimación de sus intereses, dando muestra de que la correlación de fuerzas al interior del Gobierno se tensionaba, en principio, a favor de los sectores hacia la derecha.
Por su parte, la política exterior construida por el Gobierno con respecto a Estados Unidos no da cuenta de una diferencia radical con la doctrina Respice Polum (mirar hacia el norte) que históricamente ha guiado el actuar de Colombia frente al hegemón. Si bien se están tomando decisiones marginales dentro del marco de una doctrina Respice Omnia (mirar a todos) como el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, apoyar a Pedro Castillo en Perú e incluso el discurso de Gustavo Petro en la ONU, no hay una distancia real operativa con la Casa Blanca, ni un cambio de la histórica intromisión de ese país en los asuntos internos de Colombia. Por el momento, el nuevo periodo de progresismos e izquierdas en la región, a diferencia de la anterior, no se aleja sustancialmente de los intereses de EE.UU. Sin embargo, la cercanía de muchos países con China -incluyendo Colombia en este nuevo periodo- será un tema que preocupa a EE. UU en su calidad de principal hegemón en la región.
De esta forma, la reunión de Gustavo Petro y Francia Márquez con la jefa del Comando Sur Laura J. Richardson para “‘confirmar’ el papel de Colombia en su calidad de ‘principal socio estratégico’” (Rodríguez, 2022)de EE.UU y las permanentes reuniones de miembros del gabinete ministerial con personalidades como Samantha Power directora de la USAID; Jonathan Finer consejero de seguridad de EE.UU; el director de la CIA, William J. Burns, entre otros agentes de instituciones político militares (Suárez, 2022), resultan en decisiones como la entrega de la vigilancia de la Amazonía y la Isla Gorgona (Rodríguez, 2022 II) —áreas estratégicas por sus recursos naturales (Portafolio, 2021) y su ubicación en términos geopolíticos para la región en favor de EE.UU.—, decisiones que como muchas en este Gobierno tranquilizan a las derechas del país.
Por estos motivos, el Golpe de Estado no es una figura que se proyecte a ser usada (en lo inmediato) por la extrema derecha en el país. Sin embargo, este no es un escenario totalmente descartado por dicho sector que constantemente hace llamados a las Fuerzas Armadas, con figuras como María Fernanda Cabal y Eduardo Zapateiro, para que cuestionen la cadena de mando y se alejen del presidente Petro, al tiempo que alientan la desestabilización contra gobiernos progresistas de la región.
Lo cierto es que la extrema derecha empezó campaña política para 2026 desde el 29 de julio de 2022, día en que el Pacto Histórico ganó las elecciones presidenciales. Medios de comunicación del establecimiento como RCN, Semana y El Tiempo han destacado la figura de María Fernanda Cabal como la líder de la oposición en quien se deposita la posibilidad de volver al poder. El posicionamiento de esta figura se sintoniza con la tendencia global del ascenso de una ultraderecha con discursos neo fascistas como en Italia con Giorgia Meloni, Polonia con Mateusz Morawiecki, Brasil con Jair Bolsonaro, Chile con Jose Antonio Kast, Argentina con Javier Milei, entre muchos otros ejemplos.
Sin embargo, la figura de María Fernanda Cabal que creció a partir de la muerte política de Álvaro Uribe, más allá de no recoger la totalidad de los intereses de las derechas —ni siquiera una mayoría—, divide a los sectores en el poder y más en un periodo en el cual el sentido común, por lo menos en Colombia, está a favor de las ideas progresistas, liberales y socialdemócratas. Sin embargo, merece prestarle mayor atención a su táctica del uso de la post verdad que representa una amenaza en el campo ideológico y cultural con consecuencias en los otros campos sociales.
Actualmente el medio de comunicación más importante de la extrema derecha en Colombia es la Revista Semana que es dirigida por el grupo Gilinski y representada públicamente por figuras mediáticas como Vicky Dávila quien hace parte del cuestionado clan Gnecco. Este medio de comunicación ha logrado convertirse en uno de los más leídos en el país con una línea editorial que más allá de defender el establecimiento en detrimento de los sectores de izquierda, progresistas y populares, se ha convertido en un fortín ideológico de la ultra derecha terrateniente, guerrerista, ganadera y narcotraficante, construyendo un estilo amarillista y populista.
La ofensiva por la retoma de la hegemonía ideológica es su principal objetivo, al punto que se planteó la expansión del medio que empezó con la compra del medio El País de Cali (El Tiempo, 2023), casualmente el principal medio de la región en donde tuvo mayor fuerza las convulsiones sociales de 2019, 2020 y 2021. La izquierda, no solo por limitaciones económicas sino de concepción, no ha podido contener esta estrategia neo fascista ni desarrollar una estrategia ideológica en favor de los movimientos populares y en contra de discursos racistas, xenófobos, clasistas, machistas y de discriminación a minorías religiosas, de género y raciales.
Adicionalmente, la derecha en oposición ha convocado y organizado tres movilizaciones sociales que progresivamente perdieron fuerza, pero este descenso no se puede leer como lineal. Para el mes de febrero de 2023 la extrema derecha convocó a un “paro nacional” en contra del Gobierno, poniendo al frente del proceso a figuras como Miguel Polo Polo, que, al igual que Iván Duque y guardadas sus proporciones, serán cartuchos de la burguesía en el juego de poder. La táctica de la movilización social puede derivar el inicio de intentos de Golpes de Estado como el sucedido en Brasil que, en caso de tener éxito serían una avanzada en contra de la estabilidad del Gobierno, pero en caso de no tener éxito habrán sacrificado jurídica y políticamente a una ficha fusible como Polo Polo, sin arriesgar a ningún miembro de la élite.
Por último, en el repertorio de las derechas y el establecimiento, el paramilitarismo continúa siendo una forma de poder vigente. Los múltiples grupos paramilitares post AUC siguen teniendo una política de control y expansión territorial que no parece detenerse dado que es y será, un instrumento de la ultraderecha para mantener latente un recurso importante de poder. Más allá de esto, también persiste la idea de que quien tenga recursos tiene la posibilidad de consolidar ejércitos privados para defender y ampliar la propiedad privada de élites locales y nacionales, lo cual se demostró en el conflicto por la ocupación de tierras en el suroccidente del país.
Autores: Los artículos del informe de coyuntura correspondiente al primer trimestre de 2023 han sido elaborados mediante un trabajo de debate y escritura colectiva por: Milena Perdomo, David Céspedes, Mateo Córdoba, Luis Alfredo Burbano, Freddy Díaz, Santiago Salinas, Yani Vallejo, Eulalia Borja, Alfonso Insuasty, Cristóbal Silva González y Héctor Bello.
Referencias
Correa, María. (2022). “Cambio Radical se declaró independiente frente al gobierno del presidente Petro.”. W Radio. Disponible en: https://bit.ly/3kCDtfu
El Tiempo. (2023). “Grupo Semana adquiere el periódico El País, de Cali”. Portafolio. Disponible en: https://bit.ly/3iQjObN
Hernández, Juan. (2022). “Petro sella una sólida coalición en el Congreso con el apoyo de los partidos tradicionales”. El País. Disponible en: https://bit.ly/3wi0siI
Portafolio. (2021). “El Pacífico, en el mapa de la operación petrolera del país. Portafolio. Disponible en: https://bit.ly/3kzFAkd
Rodríguez, Ariel. (2022) “La ‘coartada’ de la jefa del Comando Sur para que nada cambie en la relación entre EE.UU. y Colombia”. RT Noticias. Disponible en: https://bit.ly/3XLeLbd
Rodríguez, Ariel. (2022 II) “Isla Gorgona, ¿la nueva base militar que EE.UU. prepara en Colombia?”. RT Noticias. Disponible en: https://bit.ly/3HiVR6f
Suárez, Aurelio. (2022). “Petro, 100 días mirando a Washington”. Revista Semana. Disponible en: https://bit.ly/3XPN8hp