La Caravana Internacional en el sur de Bolívar continua su recorrido
La caravana ha realizado recorridos por las veredas y caseríos de los Municipios, conversaciones con la comunidad para conocer y escuchar las problemáticas y alternativas que viven los habitantes de la región. Igualmente los miembros de la caravana señalan que están conociendo los proyectos que como explican sus habitantes “son alternativos y proponen otros modelos económicos beneficiosos para la región como las fincas donde se siembra maíz, arroz, producen panela o dulce, y otros productos”, consideran que “rompen con el monocultivo a la vez que se organizan contra las multinacionales”.
Del mismo modo las comunidades han explicado la razón de las distribuciones zonales en las cuales se han dividido. Señalan que cada zonal es una manera de dar una forma propia de organización que los identifique y a la vez rendir homenaje a las personas del Sur de Bolívar que a lo largo de todos estos años han sido asesinadas por su labor del lado de las comunidades.
Es el caso del Zonal de Osos que comprende los municipios de Tiquisio, parte de Norosí y parte del municipio de Montecristo. Llamado así pues en la loma de Oso ubicado en esta parte del sur de Bolívar el Batallón Nariño asesino a 3 personas.
El zonal Orlando Caamaño en memoria del vicepresidente en 1997 de la Junta Directiva de la entonces llamada Asociación Agrominera del Sur de Bolívar Asoagromisbol (luego se llamaría Fedeagromisbol) quien fue asesinado por grupos paramilitares en la ciudad de Aguachica (Cesar) el 20 de junio de 1997. A este zonal pertenecen los municipios que corresponden a la parte plana del municipio de Norosí, la parte plana de del Municipio de Arenal, parte del municipio de Morales, El Peñol, Regidor y Río Viejo.
Alejandro Uribe Chacón, vocero de la comunidad de Mina Gallo, en el municipio de Morales, sur de Bolívar. fue asesinado el 19 de septiembre de 2006 por soldados del Batallón Nueva Granada de la Quinta Brigada del Ejército Nacional, quienes lo presentaron como “guerrillero dado de baja en combate”. Este zonal comprende los municipios de Santa Rosa del Sur, parte alta de Morales, parte alta de Arenal y parte alta de Montecristo.
El zonal Edgar Quiroga recuerda a uno de los voceros de las comunidades frente al gobierno en el éxodo campesino de 1998 y quien seria desaparecido en el corregimiento de Cerro Azul, del municipio de San Pablo en el Sur de Bolívar el 28 de noviembre de 1999. A este zonal pertenecen los municipios de Simití, San Pablo y Cantagallo.
Estas son algunas crónicas que desde algunos zonales informan sobre como viene desarrollándose la caravana.
Una delegación de 20 caravanistas inicia el recorrido por el Zonal Orlando Caamaño por el corregimiento de Las Pavas.
Zonal Orlando Caamaño
A las siete de la noche llego el primer grupo de la delegación de la caravana encargada de visitar y recopilar testimonios de la población que habita en los municipios del zonal Orlando Caamaño (Morales, Arenal, Río Viejo, el Peñol y Norosí).
El miércoles tres de agosto, en la noche, partieron desde Bogotá dos buses camino al sur de Bolívar para realizar un exhaustivo análisis sobre el terreno, de la situación por la que atraviesan los pobladores de la zona. La caravana se dividió en dos grupos, en el municipio de Aguachica, departamento del Cesar, 20 personas que hacen parte de la Caravana, partieron hacia el corregimiento de San Juan de Río Grande, municipio de Santa Rosa del Sur y el resto de este grupo se trasladaron a la vereda Buenos Aires, municipio de El Peñón. Al llegar allí hicieron un recorrido de una hora a pie.
Tras un caluroso recibimiento por parte de la comunidad, sus habitantes fueron narrando anécdotas sobre las problemáticas que llevan sufriendo durante varios años debido a la plantación masiva de palma aceitera que los despoja de sus tierras y los desaloja de ellas, no en vano los caravanistas en su camino pudieron comprobar los efectos que estos monocultivos provocan tanto sobre los cultivos tradicionales como sobre los humedales que requieren ser secados para poder ser productivos.
Tras un intenso viaje y el acomodamiento en los sitios de dormida, llamados por los campesinos: cambuches, finaliza la primera jornada de la segunda Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar a su paso por el zonal Orlando Caamaño.
La segunda Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar recoge los primeros testimonios de la comunidad de las Pavas y Caimital.
Zonal Orlando Caamaño
Las afecciones que genera el monocultivo de la palma aceitera centran las denuncias de las comunidades visitadas. La mañana comenzó activa en la comunidad de las Pavas. Tras una necesaria noche de descanso, a las 8 de la mañana y tras un generoso desayuno ofrecido por la comunidad, los integrantes de la caravana internacional dieron paso a la jornada de trabajo.
En plenaria diferentes miembros de la comunidad expusieron la historia de las luchas de la comunidad por conservar sus tradiciones y el territorio. El conjunto de las intervenciones giraron en torno a las afecciones generadas por el monocultivo de palma y su permanencia en el territorio.
Tras esta primera parte de la jornada de trabajo los dos voceros de la comunidad explicaron todas las agresiones que la comunidad ha sufrido principalmente desde principios de la década de los noventa. Según decían hasta este momento han sido tres las ocasiones en las que la comunidad de las Pavas ha tenido que abandonar su territorio. Explicaban que la comunidad de las Pavas en la última década ha estado en el punto de mira de los intereses económicos de transnacionales que por todos los medios han tratado de desalojar a cada persona de sus tierras.
Contaban que en el 2003 los paramilitares fueron las encargadas de hacer el trabajo sucio de los terratenientes desplazando con brutalidad a los pobladores y que volverían a sufrir la violencia por los mismos actores en el 2006 tras su retorno. En este caso por órdenes del supuesto propietario Emilio Escobar que acabaría por vender los predios de la multinacional Consorcio el Labrador (CI Tequendama y San Isidro). Esta multinacional con ayuda del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía colombiana) en el año 2009 lograron volver a desplazar a los habitantes que de nuevo retornarían permaneciendo en el lugar hasta la fecha.
Tras las primeras intervenciones y discursos de intercambio general con las personas caravanistas se han creado mesas de trabajo para la recopilación de experiencias, testimonios y denuncias. Se destaca la palabra de un miembro de la comunidad que explica que ahora la represión continúa de una forma más sutil pero no menos contundente “han tratado de dividirnos mediante el chantaje y el mercadeo con los puestos de trabajo e implementos pero no lo han logrado”-Afirmaba-.
Otro decía: “El bloqueo de transporte de alimentos y abastecimientos a la zona es otro de los elementos que caracterizan esta nueva forma de represión concretándose en la privación de uso de las vías de acceso o la imposibilidad de contratación de maquinaria para el transporte de mercancías”. Por último cabe destacar la reiterada denuncia sobre los muros que la multinacional esta construyendo alrededor de sus plantaciones para secar las áreas de cultivo. Obras que han generado inundaciones en las casas de las familias y la pérdida del pescado, fuente básica para su alimentación.
Acabado el trabajo en las Pavas la caravana se ha desplazado por el río que recorre el municipio Brazuelo del Papayal hasta llegar en carro al corregimiento de Caimital, donde han mantenido una reunión con la población que otros caravanistas empezaron en materia educativa, sanitaria y laboral pero primordialmente el acceso a la tierra y contra el monocultivo de palma que los ha despojado a los campesinos de una buena parte de sus tierras.
Caravana por la vida y el territorio, primer día
Caravanistas Zonal de Osos
Son las 8 de la noche del día 3 de agosto cuando la Caravana inicia su rumbo desde las calles de Bogotá. La compaña internacionalista inicia su viaje acompañada por gentes de la tierra del Sur de Bolívar que han participado en la Audiencia Nacional el día anterior y que hoy integra, aunque sea solo por unas horas, la variada columna. El autobús nos lleva al destino fijado, avanza nocturno y atrevido por tierras montañosas para amanecer en Aguachica (Cesar), donde comienza la caravana propiamente; foto de familia, nuestros mejores deseos a las demás personas de la caravana que parten hacia otros zonales y las primeras amables “recomendaciones” de las fuerzas de seguridad que prestas nos comentan que, debido a la peligrosidad de la zona, deberíamos acogernos a la protección de las fuerzas locales allá donde nos desplacemos.
Llegamos a la Gloria y conocemos el río Magdalena, el último obstáculo que nos separa de la camioneta que nos llevara a nuestro zonal. Lo atravesamos y nos adentramos en el Zonal de Osos en la zona rural del municipio de Tiquisio. El territorio asignado a este zonal, que toma nombre de un cerro donde el ejercito acabo con la vida de tres campesinos-mineros y que desde entonces forman parte del recuerdo colectivo.
Avanzamos y descubrimos el nuevo “oro verde” como el que otrora otros conquistadores buscaran y que ahora toma forma de palma africana. Palma, el cultivo que poco a poco va sustituyendo a la producción de cultivos tradicionales y que aseguraban las necesidades alimenticias de la población. Entre medio ganadería extensiva, patrullas militares y final del viaje en Puerto Rico, municipio de Tiquisio. Mañana nos esperan los primeros contactos, actividades y experiencias de una Caravana que todos sentimos, ya ha comenzado.
Segundo día, Caravana por el Sur de Bolívar.
Caravanistas Zonal de Osos
En el segundo día de las personas que vamos con la caravana estamos en la zona del Oso (Montecristo, Tiquisio y parte de Norosí), amanece el día, con un sol fulgurante, y la decidida intención de emprender el acompañamiento a dos lugares, fincas de los compañeros y compañeras asociados de Fedeagromisbol; La primera donde se cosecha arroz en seco, plátano, yuca, entre algunos árboles frutales; Luego vamos a una finca donde viven varias familias de la federación que producen la caña, y generan la panela.
Las personas de la federación nos comentan sobre el arduo proceso, el cuidado de sus cultivos y sobre las condiciones de dificultad que llevan para poder sacar adelante estos proyectos. El municipio es poco visitado por el Estado, por lo tanto, las ayudas nunca llegan, ni acompañamiento, formación o algo que les pueda servir de insumo para hacer más fácil la vida en la región o al menos tener o poder esperar, un bienestar de vida integral.
La zona del Oso llamada así en memoria de tres campesinos asesinados por el ejercito en un monte conocido como el Oso. Es un ambiente cálido, de pocas brisas, pero de gente alegre y amable; Nos han recibido con mucho cariño y prestos para colaborar con los objetivos de la caravana. Junto al día de hoy, han estado la brigada de médicos internacionales, en la iglesia del pueblo de Puerto Rico, capacitando a la población en temas de salud, salubridad, entre otras opciones que pueda tener a la mano la comunidad, frente a la incapacidad estatal, en hospitales y puestos de salud óptimos.
Cuando la tarde ha acaecido, hemos tenido una reunión con algunos pobladores de la comunidad, en su mayoría representantes campesinos de las veredas cercanas, comentando la presencia de la caravana, recordando su importancia desde la primera que se generó en el 2001. Habitantes nos comentan sobre sus experiencias en sus fincas y poblados, las violaciones a los derechos humanos y atropellos frente a la fuente de su trabajo, como imposiciones de cultivos como la palma aceitera por las bandas emergentes sean los Bracrim, los Urabeños, o águilas negras.
Reivindicamos el objetivo de la caravana ante los pobladores, nos acompañamos y departimos un rato entre todos, cae la noche, y entran otros quehaceres de los caravanistas, hasta el próximo día.
Día 3: Visita a la Comunidad de Puerto Gaitán (Zona El Amparo)
Caravanistas Zonal de Osos
La mañana ha comenzado con una caminata hasta nuestro destino, de más de dos horas, a lo largo de un paisaje exuberante. Hemos podido constatar, una vez más, lo maravilloso de la naturaleza del Sur de Bolívar.
Llegados a la comunidad nos reciben con la hospitalidad propia de los habitantes que sin ninguna posesión, nos ofrecen toda su generosidad que ante la situación en la que se encuentran tiene un valor inmenso. Reunidos con la mayor parte de los integrantes de la comunidad, nos hacen una exposición de sus problemas pasados, que tanto pesan en el presente, y actuales.
Esta comunidad, que se dedica a la pesca en la ciénaga y la agricultura, explica que padeció los rigores de la violencia en la que vivieron atrapados, de un lado el ejército y sus puntas de lanza, los temidos paramilitares, así como de la guerrilla que tampoco daba opción a los humildes habitantes de esta comunidad.Esta situación vivió su punto álgido en 1998 año en el que fueron desalojados y se vieron obligados a abandonar sus pocas pertenencias y sus hogares. Una vez disminuida, mas no erradicada, la violencia padecida pudieron volver a su comunidad evidenciando la profunda vinculación con su tierra.
Se trata de una comunidad con recursos ínfimos y ello agrava su propia situación material y económica, tanto personal como comunitaria. Estos son algunos de los problemas que nos han trasmitido.
En referencia a los medios económicos con los que cuentan explican que al regresar a su tierra, se encontraron con que no poseían ninguna tierra en la que cultivar, por ello se ven obligados a arrendar tierras ajenas, propiedad de latifundistas, por las que tienen que abonar mensualmente y cada uno de ellos unos cien mil (100000) pesos y con los que únicamente obtienen un mínimo de producción de subsistencia, es decir, toda su producción es para el autoconsumo. Añaden que mejor rendimiento obtienen con la pesca en la ciénaga de donde obtienen alimento no sólo para su consumo sino también para la comercialización y con la que consiguen otros productos básicos para su manutención, como el arroz, etc. En cualquier caso, se trata de una comunidad sin muchos recursos económicos y con recursos mínimos para subsistir por lo que, cualquier contratiempo, puede significar no alcanzar un nivel mínimo de alimentación.
Respecto a los medios de salud e higiene, éstos son totalmente inexistentes. Ante cualquier problema de enfermedad tienen que trasladarse a Puerto Rico o al Sudán para ser “tratados”, si lo consiguen, por algún médico. En la práctica no tienen acceso a los medios mínimos sanitarios. Al mismo tiempo, la municipalidad no ofrece ninguna infraestructura básica para la higiene, como puede ser la eliminación de focos infecciosos. El resultado de la desidia pública es un alto grado de paludismo entre los habitantes de la comunidad, afectando especialmente a los niños.
En materia educativa, los niños se encuentran escolarizados (acuden tres maestros de forma diaria), pero los medios son del todo inexistentes. Sus clases se dan en barracones insalubres y con carencias materiales de todo tipo. En cualquier caso, la ayuda mensual del gobierno para la escolarización ha surtido efectos puesto que todos los niños acuden a clase.
Otros problemas básicos para su subsistencia es la carencia absoluta de un sistema de acceso al agua potable, por no mencionar la absoluta falta de un sistema de alcantarillado. Asimismo, la electrificación, si bien se encuentra presente, ésta es deficitaria, con abundantes cortes en el suministro del mismo aunque, eso sí, pagan religiosamente sus facturas. Señalan que este es un abuso más en una comunidad carente de recursos básicos.
Asimismo, las viviendas son del todo inadecuadas para una estancia mínimamente higiénica, no teniendo ningún tipo de ayuda para su habilitación, aunque se les prometió a la comunidad que accederían a las mismas. También la ciénaga, principal fuente de recursos, se encuentra en peligro por la aparición de “aguas blancas” procedentes del río Magdalena que no es otra que la aparición de sedimentos que provoca problemas en la reproducción de los peces y, en el futuro, de la pesca.
Otro problema que a corto plazo encuentran, es la declaración de Parque Natural que está en proyecto y que implicará con la excusa de promocionar el turismo, la pérdida absoluta de la comunidad sobre los ya precarios recursos que, desde tiempo inmemorial, vienen explotando y que provocará, en la práctica, un segundo y más doloroso, por definitivo, desalojo.
En definitiva, hemos encontrado una comunidad que resume claramente todos los problemas del Sur de Bolívar pero, al mismo tiempo, una vitalidad enorme que, con la ayuda y unión entre ellos y con las organizaciones de apoyo, pueden lograr a mediano plazo mejoras que redunden en beneficio de una comunidad duramente castigada a lo largo de los últimos años. Al efecto, ya ha convocado Fedeagromisbol, entre otras organizaciones sociales de la región, una Mesa de Interlocución donde se tratarán los temas que a lo largo de este informe se han comentado.
Caravana por la vida y el territorio. Domingo 7 de agosto
Caravanistas Zonal de Osos
Un habitante de la vereda Aguas Frías del municipio de Tiquisio le cuenta a los integrantes de la Caravana como ha sido la historia de su vereda desde los años 80.
Ante la imposibilidad de ir a la vereda Aguas Frías, corregimiento Puerto Coca del municipio de Tiquisio, como estaba previsto, por causas ajenas a la caravana, pudimos tener una reunión con un habitante de la vereda. Nos contó que la vereda actualmente tiene 300 habitantes, campesinos y mineros, pero la mayoría se había desplazado de la región en la década de los 90.
Explica que Aguas Frías anteriormente fue muy golpeado por la fuerza pública. En el año 1987 el Batallón Nariño fue responsable del asesinato de un miembro de la comunidad. En el año 1990 la comunidad tuvo que salir de la zona, ante las agresiones y maltrato del Ejército Nacional. Nos explica este campesino de la región que cuando tuvieron lugar combates entre la fuerza pública y la guerrilla; el Ejército bombardeó alrededor del pueblo y por la plaza central. Al salir del pueblo, la fuerza pública incendio todas las casas, imposibilitando el retorno de la gente por mucho tiempo.
El poblador continúa su relato explicando que el pueblo pudo retornar poco a poco, pero las agresiones continuaron. Los paramilitares mataron a varias personas de la zona en 1997. En enero de 2004 hubo un operativo militar en la zona y el ejército mató varios mineros y desapareció un niño de 13 años. La fuerza pública desmintió los hechos mientras los compañeros de los desaparecidos buscaron la verdad. Al fin se les mostraron fotos de los compañeros fallecidos, pero las fuerzas estatales mantuvieron su versión de que habían sido guerrilleros. Explican las comunidades que el ejército emprendió una campaña de terror en la vereda de Aguas Frías. Cuenta que el tribunal judicial de Bolívar el cual lleva los juicios de los casos anteriormente mencionados ha sido exageradamente lento, mostrando que una justicia a través de canales legales es casi imposible en Colombia.
También nos explica que hoy en día, las fuerzas públicas y paramilitares han moderado un poco las agresiones contra la comunidad, en parte porque se han visibilizado las problemática en el país y también en la comunidad internacional. Cada año en enero, se realiza un aniversario de los asesinatos del 2004, donde participan varias organizaciones nacionales e internacionales en solidaridad con la comunidad. No obstante, siguen existiendo amenazas graves al pueblo de Aguas Frías y se aprecia un deterioro del medio ambiente en la vereda por la intervención de las maquinas pesadas en las minas. Añade que de continuar las prácticas dañinas, la zona quedará como un desierto. Más preocupante es el proyecto planificado que concesionaria la zona a multinacionales para la minería, lo que seguramente facilitará aún más el daño a la tierra.
El campesino añade que la gran mayoría de habitantes trabajan sus propios terrenos de los que son propietarios, aunque no poseen materialmente los títulos; en tal caso sería muy difícil defender jurídicamente sus derechos dice con preocupación.
Finaliza diciendo que se evidencia que el despojo de la comunidad persiste, pero en vez de ser una agresión directa por parte de la fuerza pública para despojarles de su propia tierra, las tácticas van cambiando pero la estrategia de robar la tierra de la comunidad continúa.
Otros pobladores nos cuentan que la comunidad de Aguas Frías viene formando procesos organizativos comunitarios, pero todavía se encuentran en fase inicial. En la actualidad, ya existe un comité de mujeres, una asociación de mineros, así como juntas de acción comunal. Para ello cuentan con el apoyo de Fedeagromisbol para la realización de diferentes talleres de formación, y continúan comprometidos en defender su territorio de los intereses económicos de las empresas multinacionales.
En el tercer día de la caravana en Puerto Rico, municipio Tiquisio, en la zona del Oso, se ha evidenciado una vigilancia por parte de la policía local sobre las personas que participan en la caravana, preguntándole a varios sobre la misión y propósito de la caravana.
Esta tarde la Caravana ha apoyado una actividad lúdica educativa de la brigada médica. La actividad consistía en unos juegos infantiles de animación en la plaza del barrio 20 de Julio, al aire libre, delante de toda la comunidad, con niños y algunos mayores participando y aprendiendo conocimientos de prevención de salud. Los caravanistas –que atraían la atención de los habitantes – se han integrado en las dinámicas y han aportado algunos juegos para los adultos.
El día finalizó con la presentación de algunos vídeos para los niños de la comunidad, con mensajes acerca de la conservación y cuidado del ambiente, el amor y respeto a otros. Esta iniciativa es programada por los brigadistas médicos.
El día lunes, nos encontramos con los caravanistas del zonal Orlando Caamaño, en el municipio Arenal, para dar continuidad a la labor de acompañamiento representada por los caravanistas en esta campaña por la vida y el territorio.