Tesis sobre el socialismo
Y aquí están las tesis que elaboramos, con el interés de entablar un dialogo, debatir, construir, resignificar ese horizonte histórico llamado el socialismo del siglo XXI.
El socialismo como estado de transición al comunismo fue pensando en un momento particular de la lucha de clases a finales del siglo XIX. Esta tesis quedo consignada por Marx en la Crítica al programa de Ghota, donde los socialdemócratas ejercieron un poder de persuasión política para admitir dicha concesión.
Aclarando estos presupuestos podemos afirmar que es el comunismo expresado en la cita de los Manuscritos de 1844 la idea reguladora a recuperar y resignificar desde la praxis revolucionaria.
1. El pensamiento crítico-radical que hoy viene recuperando escenarios en los debates y en las luchas de los sectores políticos y sociales, han venido cuestionando desde el ejercicio de la autocrítica al llamado “socialismo histórico”. Se considera, en un primer momento, que el llamado socialismo histórico logro contener la dinámica depredadora de saqueo, guerra y expoliación que ejerce el capitalismo contra la humanidad. Asimismo, estos análisis históricos deben ejercerse con base en las categorías revolucionarias presentes en la cantera histórica y conceptual del materialismo histórico. Ahora bien, de algunos análisis se pueden sustraer la afirmación de como esta experiencia histórica terminó subsumida por la lógica de un capitalismo de Estado que intentó distribuir la riqueza producida socialmente desde las instituciones estatales. Es decir, que dicha experiencia no se salio del marco legal-institucional de la sociedad liberal-capitalista, postergando indefinidamente la posibilidad de la emancipación humana. Entre otros fenómenos, esto se refleja en la apología al desarrollo de las fuerzas productivas y en la idea de desarrollo.
Hoy desde las ideas reguladoras del socialismo -como proyecto histórico emancipatorio- se plantea la necesidad de superar el paradigma productivista, presente en la modernización capitalista y que reprodujo cabalmente los socialismos históricos.
Recuperando crítica y autocriticamente la concepción materialista de la historia, se busca resignificar el trabajo concreto, como momento sustancial del proceso mediador entre el hombre y la naturaleza así como la recuperación del ideal de una sociedad conformado por individuos asociada libremente. Proyecto que se distancia radicalmente de la sociedad capitalista que se sustenta en la explotación del trabajo ajeno, convirtiéndolo en abstracto y enajenado, que reproduce riqueza social y que es expropiada por esa minoría que son los dueños de los medios de producción. Asimismo, el socialismo por reconstruir se distancia radicalmente del ideal renacentista burgués de convertir al hombre en amo y señor de la naturaleza, que es a la vez reducida a las operaciones técnicas-operativas de la técnica y la ciencia desencadenadas por el trabajo alienado-positivo e instrumental.
Por lo tanto, el ideal de sociedad construida por los individuos asociados libremente viene superando el fetiche del desarrollo de las fuerzas productivas así como el ver la naturaleza como fuente infinita de recursos: la naturaleza debe ser recuperada desde otros referentes culturales ancestrales que permita hacer posible esa tensión dialéctica de humanización de la naturaleza y naturalización del hombre. En las culturales ancestrales de Nuestra América se pueden rastrear un acervo cultural que da cuenta de esas nuevas relaciones de la cultura con la naturaleza y con el entorno social, donde es lo humano el centro de la reflexión y no el mercado, el dinero, la productividad, el desarrollo, etc. Esto actualiza categorías sustanciales de la teoría revolucionaria como la del trabajo concreto: organizado socialmente y el valor de uso que están presentes en la cosmovisión del socialismo raizal y del ecosocialismo.
2. La lógica estatista del llamado “socialismo histórico” término por subsumir cualquier proyecto político, social, cultural y económico del poder constituyente que emana de los actores políticamente organizados. En efecto, aquella forma de organización de la sociedad lejos de potenciar las dinámicas de liberación terminó cooptando e institucionalizando en los procesos propios del burocratismo el ejercicio colectivo revolucionario de la praxis.
El socialismo es, entre otros, un proyecto histórico en construcción que ha venido distanciándose de la lógica estatista, que alguna vez fue vista como el fin último del proyecto revolucionario: la toma del poder del estado, reduciendo el poder a la instrumentalización del gobierno o control del aparato estatal. En efecto, las luchas de los movimientos sociales y políticos que fluyen hoy en el mundo no REDUCEN la praxis transformadora a las lógicas institucionales, estos han visto al Estado como un medio en un momento particular de la lucha de clases y no un fin en sí para el logro de la emancipación humana. Se hace necesario recuperar críticamente nociones o categorías como las del PODER Y DOMINIO. En algunas apreciaciones del marxismo, se considera el poder como potencia-capacidad de transformación y auto- transformación, fuerza incontenible que emana de la conciencia y la organización social. Mientras el dominio es la instrumentalización de dicha fuerza en las estructuras sociales y estatales que termina imponiendo una perspectiva de mundo en contra de los saberes y la riqueza del ser social. Dentro de esta perspectiva se fusiona el dominio con el control del aparato del estado.
3. La teoría y la acción revolucionaria ha sido positivizada por una élite de profesionales revolucionarios que se concibió asimisma como portadora de la consciencia de clase. Dicha élite positivizó e instrumentalizó al marxismo-leninismo y la plasmo en los conocidos manuales que nada tenían que ver con nuestra cultura y formas de ser, negando, por lo tanto, el poder de la negatividad del pensamiento crítico que constantemente esta revisando sus presupuestos teóricos y prácticos de la reflexión y la acción revolucionaria con el constante devenir presente en la lucha de clases.
El elitismo del conocimiento, hace parte consustancial de la estructura de la sociedad de clases. El conocimiento es producto del ser social histórico y no de patrimonio de un individuo o clase social que privatiza ese acto colectivo del saber.
La praxis revolucionaria se gesta en la mediación entre la teoría y la práctica. Teoría sin práctica es vacía y práctica sin teoría es ciega.
La praxis es un constante diálogo entre los saberes raizales y las prácticas cotidianas de la lucha política. Un ejemplo de esta propuesta tiene que ver con la luchas de los pueblos: Cochabamba en la guerra del agua; Bolivia. Los piqueteros; Argentina, El Movimiento sin tierra; Brasil o las MINGAS de los indígenas en Colombia.
4. El eurocentrismo fue un arma letal para los procesos de liberación tanto política como cultural de los países de la periferia. Este Imperialismo cultural y de dependencia económica frustro procesos de luchas contra el capitalismo imperialista y el funcionamiento del sistema mundo capitalista. El llamado socialismo en un solo país y otra serie de intervenciones coloniales, limitaron el potencial revolucionario de los pueblos.
Desde las experiencias propias, por ejemplo, el moviendo obrero de los años 20’s, se construye, se resignifica en la tradición socialista en el país una concepción del actuar y de la lucha que de una u otra manera interlocutaba con las experiencias revolucionarias europeas con las vicisitudes y luchas en nuestro territorio. Propuestas y experiencias del llamado socialismo raizal o “mestizo” en nuestro país que fueron condenadas por la internacional comunista como aventurismo revolucionario. El pensamiento propio nos convoca a pensar local y globalmente, reconstruyendo el accionar y el arsenal conceptual revolucionario presentes en las sapiencias de los pueblos organizados que luchan y confrontan a las diferentes manifestaciones del capitalismo.
El advenimiento de las luchas hoy contra el sistema mundo capitalista, vienen encontrando las rutas del qué hacer desde las lecciones mismas de la movilización, la confrontación, la acción directa como lo es la apropiación de los medios de producción. Praxis que en términos estratégicos tiene que ver con un modelo de civilización alterno al de la guerra, depredación y explotación de la condición humana, de la vida y de la naturaleza. Es decir un proyecto humano más allá del capital.
La conducción de dichos procesos, según las experiencias políticas-organizativas, no se subsume a una lógica de partido que reproduce en sus estructuras y funcionamientos la democracia representativa, el burocratismo, la toma de decisiones que pasa por encima las cotidianidades del ejercicio concreto de la lucha política de las organizaciones sociales.
Poderes descentralizados que se articulan en diferentes momentos y lugares para el ejercicio de la acción directa, que no se reduce a la confrontación solamente, sino que permite construir aquí y ahora los ideales de la revolución o revoluciones conformadas no solo por un sujeto, sino por varios que se articulan desde la pluralidad, las autonomías. Que buscan golpear agrietar las estructuras mismas del capitalismo.
Elaboración y síntesis.
Cristóbal Silva González.
Director.
CED-INS. Instituto Nacional Sindical.
Junio 12 de 2009.