Aury, el defensor de la vida, la soberanía y la refinería de Cartagena
Se conmemoran 22 años del asesinato de Aury Sará Marrugo, presidente de la Subdirectiva de la USO en la ciudad de Cartagena. El hecho criminal fue cometido por las Autodefensas Unidas de Colombia bajo el mando de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso. Juan Dique, lugarteniente de los paramilitares en Cartagena, aseguró hace poco, que en el homicidio de Aury participaron un capitán y un sargento de la fuerza pública y que tenían bajo su control las estaciones de policía y los CAI. Por su parte, Mancuso, en declaraciones a la Jurisdicción Especial Para la Paz, afirmó que en el secuestro y posterior asesinato de Aury estuvieron involucrados los aparatos de inteligencia del DAS y la policía. Sin embargo, falta conocer los nombres de los determinadores del crimen, que pueden estar relacionados con sectores económicos y políticos de la ciudad amurallada, de la región Caribe y de la industria petrolera.
Aury desde muy joven se destacó por su capacidad de liderazgo y por el compromiso con las causas sociales y políticas. Ya en el colegio fue influenciado por las ideas de sus profesores que buscaban la transformación de la realidad de Cartagena y del país. Con su ingreso a Ecopetrol, a través de sus habilidades para el softball y su gran desempeñó laboral, no dudó en afiliarse al sindicato y rápidamente se convirtió en líder sindical y se proyectaba como un dirigente político nacional, apostaba por la defensa de los derechos laborales de los trabajadores y el carácter público de la empresa estatal y de la refinería de Cartagena. En los meses previos a su asesinato, Aury venía asistiendo a diferentes foros petroleros organizados por la USO en donde denunciaba la entrega a la multinacional Glencore de la operación de la refinería de Cartagena y algunos casos de corrupción dentro de la refinería. Precisamente, en esa semana de su secuestro, Aury estaba preparando su presentación para un foro petrolero donde se tratarían esos temas de política minero energética.
Aury, junto con otros miembros de la subdirectiva Cartagena, formaban parte de procesos sociales de la ciudad. A través de una fundación, fortalecían las relaciones y las actividades de organizaciones populares de los barrios periféricos de la capital de Bolívar. Con la llegada masiva de los paramilitares a la región, varios líderes sociales fueron asesinados, en complicidad con la fuerza pública. Hoy, el paramilitarismo está en pleno crecimiento y han copado varias regiones del país, generando muerte y terror entre la población, asesinando a defensores de derechos humanos y líderes/as políticos y populares.
Por ello, es necesario que se enfilen baterías desde el gobierno para desmontar el paramilitarismo y la doctrina contra insurgente que lo alimenta. La fuerza pública sigue desarrollando la estrategia paramilitar y son claros sus vínculos con organizaciones criminales y con las bandas en todo el país. También, se debe acabar con el largo genocidio, que aún no cesa, y con la movilización popular empujar a la justicia para que pose su ausente mano sobre los hombros de los genocidas de cuello blanco que mantienen el poder político y sus privilegios en la oscura impunidad.
Aury sigue presente en las luchas populares por la justicia y vida digna.
Desde el colectivo de trabajadoras y trabajadores petroleros del Congreso de los Pueblos te decimos ¡Hasta siempre!