Relanzar un potente movimiento social y político internacional
Por: Eric Toussaint – Tomado de elviejotopo.com
Es necesario que todas las organizaciones políticas revolucionarias y todos los movimientos sociales radicales se sienten alrededor de una mesa y se unan.
Es necesario que caiga el muro que separa las organizaciones políticas y los movimientos sociales. Las organizaciones políticas deben entender que no tienen el monopolio de la elaboración de propuestas programáticas y que los movimientos sociales pueden muy bien participar en esa elaboración.
Hay que concebir campañas en las que se una gente que se organiza en diferentes niveles, incluida gente que hasta hace poco no estuviera organizada. El ejemplo tipo es el que vimos en Francia, el de los chalecos amarillos, de los que una parte importante no tenía casi ninguna experiencia de organización, y que dieron un salto en la toma de conciencia política y al modo de organización, de auto-organización y, a formas de acción para bloquear, paralizar el funcionamiento normal de la sociedad.
Por lo tanto, es necesario lograr adoptar formas de acción y de agrupamiento en el que cualquier comportamiento elitista, en plan sabelotodo, se abandone. Se abandone cualquier sectarismo, ya sé que es extremadamente complicado.
Eso es lo primero. Si cada uno o si una gran parte de la izquierda radical se mantiene firme en sus posiciones y decide construir su propia capilla o iglesia, o reforzarla para una lucha de competencia en relación a los demás, vamos hacia el fracaso. Por lo que la cuestión de la unidad y la de hacer caer los muros entre los diferentes tipos de movimientos es, extremadamente, importante.
En segundo lugar, es necesario, a la vez, propuestas de urgencia que vayan muy lejos, que sean muy radicales ya que la gente, en fin, una parte de la gente, quiere soluciones de ruptura. Y si la izquierda radical se auto-limita en sus propuestas, será la extrema derecha identitaria, racista, machista, incluso oscurantista religiosa, que tomará la delantera en respuestas radicales. La izquierda radical debe ser realmente radical y, no ha sido lo suficiente en sus propuestas. Es demasiado timorata.
Y eso, como sabes, encuentro extremadamente grave, que la izquierda radical, más allá de decir que habría que nacionalizar los bancos, sea incapaz de, realmente, darse cuenta hasta qué punto es necesaria una campaña para expropiar a banqueros y capitalistas. Aparte de mencionar que los bancos son importantes, cuando vas un poco más lejos, te das cuenta, como dice mi camarada Patrick Saurin, que en la izquierda radical no se había reflexionado sobre los bancos. Son solo vistos como enemigos pero no se los analiza, pero si no se piensa, si no se analiza, no se sabe, realmente, qué hacer, no se puede convencer a la gente de que es necesario expropiar a los capitalistas, porque hay una ofensiva que será enorme. El Banco Central Europeo, la Federal Reserve (FED – EEUU) y los gobiernos utilizan los bancos privados como medio para actuar contra la crisis económica.
Todo pasa por los bancos. Sin embargo, una serie de ayudas deberían provenir directamente de organismos oficiales públicos sin pasar por los bancos o deberíamos socializar los bancos y transformarlos en servicio público. Ahora se hace pasar todo por los bancos privados, excepto algunos subsidios de desempleo, etc., pero, en general, pasa por las cuentas bancarias que la gente está obligada a tener en bancos privados.
Debo decir cosas interesantes de los sindicatos en Bélgica. En Bélgica, los subsidios de desempleo se cobran en los sindicatos. Por lo que en una ciudad como Lieja, de un día para otro, se tuvo que pagar a 40.000 personas de más, inmediatamente, de un día para otro, a fines de marzo 2020. Y todo eso lo hicieron los sindicatos y no los bancos. Todos los asalariados sindicales tuvieron que organizarse para estar en contacto con los nuevos desempleados y pagarles. Y eso crea también un contacto, evidentemente. Si en el momento de pagar el subsidio, se es capaz de decir: hay que hacer algo más, etc., y si no se tiene que pasar directamente por la cuenta bancaria, hay un contacto directo y, se pueden pasar otras propuestas. Y eso es muy, pero muy importante.
Pienso que debemos ser capaces de retomar una iniciativa internacional movilizadora. La última gran iniciativa concebida y planificada fue el primer Foro Social Europeo de 2002. Un gran éxito. Estábamos en enero de 2002 en Porto Alegre, en Brasil. Era el segundo encuentro, la segunda edición del Foro Social Mundial (FSM), y algunos nos dijimos: ¿Convocaríamos un primer Foro Social Europeo? Y algunos consultamos una serie de organizaciones, y se tomó la responsabilidad con el Foro Social Italiano de convocar una primera reunión en Florencia para noviembre de 2002. Y cuando hicimos eso, no sabíamos qué pasaría. Un mes antes de la reunión de Florencia, nos híper estresamos pues teníamos 60.000 inscritos de toda Europa que querían ir a Florencia y no sabíamos cómo íbamos a poder alojar a toda esa gente.
Ahora, las condiciones son diferentes y los actores han cambiado. Pero, ¿seremos capaces de relanzar una iniciativa mundial o europea? ¿Quién tomara la iniciativa de eso?
Porque, mientras tanto, hubo enormes movilizaciones, hubo la primavera árabe, hubo los indignados en España, hubo el movimiento de ocupación de plazas en Grecia, hubo las Nuits debout en Francia, y hubo los Chalecos amarillos, hubo Occupy Wall Street. Pero ninguno de estos movimientos llegó a tener una organización internacional. Es impresionante ya que hubo casi simultaneidad de los movimientos: primavera árabe, movimiento de los indignados, seguidos rápidamente por la ocupación de plazas en Grecia en junio-julio de 2011 y Occupy Wall Street, pero ninguna estructura internacional, continental o mundial. Y el Foro Social Mundial estaba ya en camino hacia la obsolescencia.
¿Es posible que actores como ATTAC, CADTM, organizaciones políticas, sindicatos relancen la convocatoria para un verdadero proceso internacional, mundial o europeo? Estoy preparado para poner mi energía en eso y decir: «Esta vez, es absolutamente necesario que las organizaciones políticas y sociales estén unidas y con una plataforma, un llamamiento más radical que el de Porto Alegre.”
Y, entonces, ¿seremos capaces de hacerlo? Estamos los antiguos, los viejos, de los que formo parte, tenemos contactos. Pero estoy persuadido que si se limita a la vieja generación que convocó el Foro Social Mundial, eso no marchará. Es necesario unir la vieja generación con generaciones que han acumulado nuevos tipos de experiencias. Pero el problema es que en la nueva generación no hubo un proceso de acumulación ni de consolidación. Entonces, ¿a quién contactar de los Chalecos amarillos? Está lleno de movimientos de ocupas en Europa, está lleno de jóvenes radicales, pero no están federados en un movimiento europeo de ocupas.
Hay un movimiento sobre la cuestión de la vivienda, del que militantes del CADTM forman parte. Hay un movimiento de centros sociales, de centros médicos y de policlínicas, y es el caso de Grecia, pero no hay una red europea. Había una red de personal sanitario que funcionaba hace 5 o 6 años, pero ya no existe de manera significativa en el ámbito europeo. Hay contactos entre las campañas para la defensa de los demandantes de asilo pero no hay ni una sola red que unifique todo eso.
¿Es que, por ejemplo, la campaña griega será capaz de insuflar energía, la campaña en la que participa, pondrá su energía para que otras campañas que se ponen en marcha en otros países, se federen y se pongan en contacto con otras redes como la Vía Campesina, los campesinos, la Marcha Mundial de Mujeres, el CADTM, los ATTAC, etcétera, para construir un nuevo proyecto, y convocar un nuevo encuentro mundial o/y europeo?
Hay que pensar en eso y son cosas que se piensan y planifican porque hemos visto que la espontaneidad, como lo ha mostrado el movimiento de 2011, tienen límites y también, para mí, habrá que hacer entrar a las organizaciones políticas, porque aquí también es importante hablar de Grecia. Es muy sorprendente la cantidad de gente que se convirtieron en ministros del gobierno de Tsipras, y el mismo Tsipras. Los conocí en el Foro Social Europeo a partir del 2002 y antes contra el G7 en Génova en 2001, y la última vez que los vi fue en 2006 en el Foro Social Europeo que tuvo lugar en Florencia en el antiguo aeropuerto de Atenas Hellinikon, en mayo de 2006. Fue allí que todavía vi a gente que después fueron ministros o cuadros de Syriza, que se separaron o traicionaron netamente al movimiento social y a las clases populares.
Y por lo tanto para mí, una de las enseñanzas es que, si se reconstruye una iniciativa, los movimientos políticos deben estar en ella. Deben estar en ella, incluso atrapados, sujetados, por los movimientos sociales. Por supuesto, no impediremos traiciones, adaptaciones, por parte de toda una serie de gente, pero hay que exigir mucho más en rendir cuentas. Porque si hacemos el balance del desastre del Foro Social europeo. ¿Cuál fue el desastre? Y se produjo cuando el Foro Social Italiano aportó su apoyo a un gobierno que era el gobierno de Prodi, porque los amigos del Foro Social Italiano apoyaban a Refundación Comunista (y tenía amigos que estaban en Refundación Comunista) que apoyó al gobierno de Prodi en 2006. Y el desastre del Foro Social en Brasil, fue cuando la CUT y el Movimiento de los Sin Tierra dieron su apoyo al gobierno de Lula, que llevó a cabo una política socioliberal. Y cuando los movimientos indios que eran muy fuertes y que habían logrado un Foro Social en India con 120.000 personas en Mumbai en 2004, aportaron su sostén al gobierno del Partido del Congreso en India.
Es decir que hubo una serie de movimientos sociales altermundistas que se subieron al tren de gobiernos que practicaban políticas socioliberales. Y, hay que sacar enseñanzas de eso. Así que no hubo solo la traición de Tsipras en 2015. La traición de Tsipras en 2015 está en línea con el desastre de Refundación Comunista de los años 2006-2008 en Italia. Hay una continuidad en todo eso y, por lo tanto, debemos contribuir, con este tipo de debate, a reconstruir el hilo de la memoria, de lo que pasó en estos últimos 20 años para evitar repetir los mismos errores.
Muy buen aporte en momentos de balance y proyección