La ideología importa
Alejandro Mantilla, filósofo, educador e investigador popular, nos acompañó en el Seminario Internacional: Giro a la derecha, neofascismo y movimientos populares en América Latina, realizado por Cedins, con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, los días 11 y 12 de octubre de 2019.
Ideas Fuerza planteadas por Alejandro Mantilla:
Entre 1999 y 2015 vimos un alud de gobiernos progresistas que tenían tres características:
- Estaban por fuera del radar de los EEUU.
- Buscaban alternativas al neoliberalismo.
- Buscaban otras rutas de integración.
A partir del 2015 vemos el posicionamiento de expresiones de ultraderecha, como es el caso de Bolsonaro y Duque/Uribe. Pero esto está inserto en un contexto global de derechización, con ejemplos como los de VOX en España, o expresiones fascistas o de ultradedrecha en Austria, Italia, Filipinas, etc.
Frente a esta derechización nos preguntamos qué hacer y vale la pena recordar el texto de Perry Anderson “El despliegue del neoliberalismo y sus lecciones para la izquierda”, donde Anderson plantea que hay ciertas formas de actuar de los neoliberales que se deberían aprender, por ejemplo:
- No tener miedo de ir en contra de la corriente dominante. En ese momento nadie creía que la economía podía funcionar sin la intervención del Estado.
- No transigir en las ideas, no aceptar ninguna dilución de los principios.
- No aceptar como inmutable ninguna institución establecida.
En esa perspectiva metodológica propongo establecer cuales son las fortalezas o ciertos de la derecha para imponer su proyecto político, y aprender nuevas lecciones para la izquierda:
Primera: La ideología importa y el trabajo ideológico en fundamental para cualquier proceso político. Desconocer esto ha llevado a que los gobiernos progresistas consideraran que era suficiente con proveer derechos, bienes y servicios y se olvidaron del trabajo ideológico, dejaron de lado la batalla de ideas. La derecha hizo lo contrario, se metió de lleno en la batalla de ideas. Hay ejemplos claros en la promoción de influenciadorxs en redes sociales, medios de comunicación, intelectuales, académicos, con un discurso básico pero permanente y masivo: el socialismo es un fracaso, la única alternativa es el capitalismo. La izquierda y los gobiernos progresistas olvidaron que, al decir de Rosa Luxemburgo, el Socialismo no es una cuestión de tenedor y cuchillo, sino que es una concepción del mundo. Otras matrices muy fuertemente posicionadas desde la ultraderecha son el llamado pensamiento libertariano y una dinámica de hostilidad machista contra los movimientos feministas o sexodiversos.
Segunda: Lograr articular una agenda de lucha, o en este caso un objetivo concreto al cual atacar. La derecha logró articular una agenda anti-progresista. Todo lo que suene a derechos, redistribución de la riqueza, derechos de la mujeres, derechos ambientales, es atacado. En esa perspectiva la crisis venezolana sirvió de caballito de batalla, sobre lo que no debería ser. La derecha sustenta que es preferible una sociedad desigual, pero donde haya que comer.
Tercera: Llevar la disputa al terreno de la cultura. La derecha levanta una teoría de la conspiración, en la cual la izquierda, especialmente los marxistas, son los que están detrás de las luchas lgtbi, contra el acoso sexual, etc. Se va lanza en ristre contra este tipo de luchas. La leccion es que hay que asumir estps debates y luchas desde la producción cultural, hay que desarrolla el marxismo cultural.
Cuarta: Darle organicidad a la propaganda y a la disputa ideológica y cultural. En este eje las iglesias pentecostales son la mayor organización de propaganda a favor de la derecha y contra la izquierda y la agenda progresista. Se han creado también otras organizaciones que defienden la familia, la tradición conservadora, frente a la amenaza comunista y progresista.
Quinta: Darle una salida a la clase media, al cual está atrapada entre su ambición de ascenso social y la explotación a escala del gran capital.
Finalmente dos tensiones- retos para la izquierda: a) resignificar y clarificar la perspectiva anti imperialista y de autodeterminación, que incluye luchar contra todo tipo de imperialismo, incluido el que disputa contra los EEUU; b) Retomar una perspectiva de integridad ética y moral, deslindando campos con la derecha corrupta y asesina.