La feria urbana mundial
Por: Jordi Borja*
Parole, parole, parole cantaba la italiana Mina [1]. En Medellín se celebró hace unas semanas el FUM o WUF 7 (Foro Urbano Mundial), un feria de la retórica. Por lo menos si nos atenemos a los discursos oficiales de los gobiernos nacionales y de los organismos internacionales. Hay sin embargo otra cara, positiva: la concentración de organizaciones populares y ongs y de colectivos académicos y profesionales críticos que se expresan y encuentran algo de eco en los medios de comunicación, debaten, promueven campañas y exponen prácticas alternativas.
Sin embargo estos dos mundos en muy pocos casos se confrontan, cada uno tiene sus recintos y sus programas de actos cuando sería lógico que fuera un momento de discusión entre los poderes políticos y los contrapoderes sociales. Pero es mucho lo que se promete y muy poco lo que se consigue. Los foros oficiales son un espectáculo de feria de diálogos ficticios, de compromisos inocuos, todos son vendedores y nadie compra. Dos mundos que se oyen pero que no se escuchan.
Los Foros se celebran con cierta frecuencia, los anteriores fueron en Nápoles en 2012 y en Rio 2010, A este Foro seguirá el superforo, el Habitat 3,el gran evento de NN.UU. sobre las ciudades y los asentamientos humanos que se celebrará en el 2016. El Habitat 1 fue en Vancouver (1976) y el segundo en Estambul (1996). El tono general ha marcado los foros siguientes, la retórica ha sido dominante, sin menospreciar algunos aspectos positivos. En Vancouver las aportaciones intelectuales fueron innovadoras, recuerdo especialmente el discurso de Diego Novelli (PCI) [2], que había sido elegido alcalde de Torino unos meses antes a pesar de la enorme presión económica y mediática de la Fiat. Influyó que la agenda posterior empleara algunos conceptos y objetivos progresistas. En Estambul los alcaldes y representantes de ciudades y las ongs y organizaciones sociales tuvieron un fuerte presencia. Se hizo público el proceso de unificación de las principales asociaciones de ciudades por parte de la “asamblea de alcaldes” y emergió el concepto de “derecho a la ciudad” por parte de las organizaciones sociales.
El Foro de Medellín ha sido de hecho el prolegómeno del Habitat 3 y no parece que se haya superado el carácter retórico de los eventos anteriores. Los progresos de los análisis críticos y alternativos de las ongs, de los movimientos sociales de las reflexiones y propuestas procedentes de sectores profesionales y académicos influyen muy poco en los informes internacionales y menos aún en las políticas públicas de los gobiernos neoliberales.
La retórica dominante tiene un cierto halo de denuncia social y de buenas intenciones. Los discursos oficiales evitan cuidadosamente analizar las causas de los problemas y los responsables de los mismos. No se concretan objetivos o no se generan los medios para conseguirlos. Si que se produce una evolución interesante del lenguaje: de la pobreza a la desigualdad, o de la democracia en abstracto a la participación ciudadana. Sin embargo el discurso no deja de ser retórico pues las políticas públicas dominantes van en sentido contrario.
Las organizaciones sociales han aportado conceptos más operativos como la producción social del habitat, la gestión pública del suelo, la mixtura social, la cultura del espacio público y el concepto integrador de los derechos urbanos que es el derecho a la ciudad. Un concepto que no complace a los funcionarios gubernamentales o internacionales.
Pero si que les entusiasma la “resiliencia”, la palabreja más citada en el reciente Foro de Medellín. Un concepto procedente de la psicología y del ambientalismo que significa la reacción movilizadora de sus recursos propios de un organismo o un medio para adaptarse al entorno y superar sus déficits. Este concepto, positivo en los casos citados, aplicado a las poblaciones urbanas que viven situaciones de exclusión, precariedad o indefensión es decirles “arréglense como puedan pues se acabó la época de las políticas sociales integradoras”. El recurso a argumentos como la resiliencia es un síntoma de la perversidad del discurso de los Foros de NNUU. Venden una retórica aparentemente bien intencionada pero con ideas tramposas, que son lo contrario de lo que parece. Habitat 3, el gran Foro del mundo urbano, se supone que está destinado a reconocer los problemas y a proponer las soluciones que afectan directamente a la población ciudadana y a la suburbana. No es admisible repetir los recientes espectáculos formalmente consensuales, cortesanos, sometidos a los gobiernos estatales y organismos internacionales y a las empresas esponsorizadoras, mediático y manipulador.
Mientras tanto las denuncias y las propuestas sociales no se escuchan excepto la voz de algunos tribunos de la plebe que sin querer legitiman esta Feria de vanidades. Hábitat 3 debiera ser un ámbito conflictual en el que se confronten el mundo oficial con el mundo real. Para ello los movimientos populares y ciudadanos debieran unificar su discurso.
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Notas:
(1) Un ejemplo. El alcalde de Barcelona fue recibido con mucho interés tanto por parte de las instituciones colombianas como por los medios de comunicación. Una publicación prestigiosa, El Espectador, publicó una extensa entrevista, más propia de una página de publicidad que de un periódico digno. Las preguntas estaban destinadas a facilitar respuestas triunfalistas. Por cierto las respuestas me parecieron muy poco espontáneas y posiblemente habían sido redactadas por un empleado del gabinete de prensa barcelonés. En ellas se presenta a la ciudad como líder del uso de las nuevas tecnologías y se añadía que gracias a ello se conseguirá muy pronto la desaparición de las desigualdades sociales. Un argumento más propio de un creyente optimista que peregrina a Lourdes o reza a la virgen de Guadalupe que de un responsable político.
(2) Novelli, líder ciudadano del PCI, había sido elegido unos meses antes alcalde de Torino unos meses antes a pesar de la enorme presión económica y mediática de la Fiat.
* Jordi Borja, nacido en Barcelona, es geógrafo y urbanista. Entre sus publicaciones destaca Local y global, con Manuel Castells (1998), Barcelona, un modelo de transformación urbana (1995), El espacio público, ciudad y ciudadanía, con Zaida Muxi (2001) y La ciudad conquistada (Alianza, 2004.
Jordi Borja, participante en el Foro no oficial, formaba parte de la delegación de HIC (Habitat International Coalition) en tanto que representante del Observatorio DESC (derechos económicos, sociales y culturales). Estuvo invitado así mismo por la Universidad Nacional de Colombia y la Federación Iberoamericana de Urbanistas.
Tomado de: http://www.sinpermiso.info