El miedo no apagará el fuego de la vida digna
Comunicado de solidaridad con las y los líderes sociales y los procesos sociales en Bogotá.
El miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos. Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia; pero no se necesita ser Sigmund Freud para saber que no hay alfombra que pueda ocultar la basura de la memoria.
Eduardo Galeano
La respuesta del pueblo a la violencia histórica asusta al Estado y al para-estado que, sirviéndose de sus alianzas con los medios masivos de comunicación, quieren seguir sembrando el miedo en las poblaciones para silenciar los gritos de inconformismo y el deseo de justicia. El ciclo en el que se ocultan las responsabilidades reales y profundas presentes en los crímenes de Estado, como la masacre ocurrida el pasado 9 y 10 de septiembre, y los días seguidos a estos, pretende centrar la atención en los procesos sociales y organizativos barriales, señalándolos de ser incitadores de vandalismo.
El papel que desempeñan estos procesos en las vidas de los habitantes de los barrios es el de la construcción de otros nuevos mundos que superen desigualdades e injusticias sociales y ambientales en medio de las cuales han vivido ellos y las generaciones que los antecedieron. Los ejercicios de apropiación social y cultural de algunos CAI – Comando de Acción Inmediata de la policía nacional – demostraron cuáles son las necesidades a las que esos procesos sociales y organizativos ofrecen alternativas: educación y lectura al alcance de todas y todos, expresiones artísticas en el espacio público, escenarios de encuentro comunitario, conocer de cerca la movilización provocada por la respuesta común a la pregunta ¿alguna vez ha sido usted violentado por la policía? además de recordar y decir “sí, he sido agredido”.
También se dijo de manera colectiva: “no, no nos vamos a dejar corregir”, por la violencia estatal, patriarcal, simbólica y letal que trae la policía formada por doctrinas guerreristas que califican como nuevo enemigo interno a la juventud, al que interpele a la autoridad y al que quiere participar en acciones colectivas para transformar la ciudad, el ordenamiento territorial, y las formas de relacionarnos entre unas y otros.
Acompañamos y nos solidarizamos con las organizaciones que han sido señaladas por las empresas de in-comunicación, que priorizan los daños materiales que las vidas de jóvenes estudiantes y trabajadora/es asesinados y heridos, que legitiman el accionar represivo en contra de la protesta social, haciendo que una parte de la población permanezca en silencio, en supuestos neutralismos que sostienen que las responsabilidades son individuales y no del Estado colombiano y la institución policial en su conjunto.
Quieren Individualizar el miedo, quieren confundirlo todo para soslayar la responsabilidad de los que supuestamente están para proteger y sólo asesinan sin clemencia. Por ello exigimos garantías para la vida digna, abrazamos fuertemente a los procesos, colectivos, líderes y lideresas, jóvenes y estudiantes, para quienes su vida está en peligro por no tener miedo para decir, alzar la voz y gritar en defensa de sus convicciones y sus ideas. El miedo no podrá detener esta vorágine de dignidad que se asoma desde la juventud y que nos enseña que ya no hay más que perder, que las ataduras y las cadenas.
#SerLiderSocialNoEsDelito
#AltoAlGenocidio
#VenceráLaVida
#ElTrabajoComunitarioEsElAntidoto